PAULA
NICOLÁS. «Lo
que no se conoce no se puede llegar a desear», y por este motivo Marisol
Varela, profesora jubilada del colegio de Astudillo, puso en funcionamiento en
1983 la OCA, la Organización Cultural Astudillana, junto a su marido y otros
socios.
Gracias a ella los niños y jóvenes del pueblo han aprendido teatro, fotografía
y otras actividades culturales a lo largo de los años para que así «puedan
decidir si les gusta y quieren seguir con ello», asegura la fundadora.
Este verano la oferta en el programa de actividades culturales ha sido variada.
Los astudillanos tuvieron la oportunidad de participar en un rally-concurso
fotográfico tras el que se expusieron todas las creaciones de los
participantes. Además, la OCA otorga el Premio al Astudillano del Año, en el que
se hace un homenaje a un vecino ejemplar de la localidad.
Taller de zancos para pasar el verano. Pero una de las actividades que más afluencia han recibido ha sido el taller de zancos.
Taller de zancos para pasar el verano. Pero una de las actividades que más afluencia han recibido ha sido el taller de zancos.
Se organiza cada verano con el objetivo de «mantener ocupados a los vecinos más
jóvenes después de que pasen la tarde en la piscina», afirma la fundadora de la
asociación.
Durante varios días los pequeños se inician en el arte de andar sobre zancos, y
si así lo desean podrán profundizar más en un curso que se imparte el resto del
año. «Cada verano seleccionamos en este taller a dos o tres niños para que
sigan trabajando en ello», afirma Marisol Varela.
Como premio a los más hábiles, «hay un desfile de disfraces en el que
participan algunos zancudos», añade Roberto Vallejo, presidente de la OCA. A pesar de lo que puede parecer, todos los asistentes aseguran que andar sobre
zancos no tiene mucha dificultad.
«Al principio tienes miedo, pero luego te das cuenta de que es muy fácil»,
afirma Miriam Vargas, quien dice orgullosa que «el primer año que me apunté
salí en el desfile». Además, no suele haber incidentes, «la única vez que se ha roto un zanco yo iba
sobre él», ríe Roberto Vallejo, «pero no pasa nada si se sabe guardar el
equilibrio sobre un solo pie», añade el zancudo.
La iniciativa surgió porque «mi marido y yo habíamos visto muchos cabezudos y
decidimos enseñar esa cultura a los demás», explica Marisol Varela. Los
talleres se vienen llevando a cabo desde 2001 y han cosechado tal éxito que
«fue necesario fabricar más zancos de madera», explicó Roberto Vallejo.
Los zancos con los que se imparte el taller son de diferentes niveles de
altura, aunque la mayoría de niños empieza directamente con los más altos.
«También tenemos los de rebotes, pero esos no se los dejamos a los pequeños,
los reservamos para los profesionales», asegura el presidente de la OCA entre
risas.
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